Jorge el Curioso: El mono que cría a mis hijos.
Jorge el Curioso se trata de las aventuras de un mono. El mono vive con El Hombre del Sombrero Amarillo, a quien me referiré abreviadamente como El hombre. porque el tipo no tiene nombre. El hombre es algún tipo de millonario excéntrico. Sé esto porque tiene un departamento en Nueva York y una casa en el campo. Y porque viste de pies a cabeza de amarillo. Y porque vive con un mono. Estas son cosas que no puede hacer una persona que no sea millonaria sin terminar en el psiquiátrico, o más realistamente porque estamos hablando de Estados Unidos y la salud allá cuesta mucha plata, sin terminar viviendo bajo un puente con un letrero sobre la inminencia del fin del mundo.
El mono se llama Jorge. Es un mono como todos los monos. Aquí tengo que sincerarme y aclarar que no tengo estudios formales -ni de ningún tipo- acerca de los monos. Me imagino que es como cualquier mono pero en realidad el mono podría ser un imbécil o el Einstein de los monos. No estoy capacitada para decir.
La relación entre ambos, es... incómoda, por decirlo de alguna manera, al menos para los televidentes adultos. Estuve dispuesta a creer que el hombre ve al mono como una suerte de hijo adoptivo, les di todo el beneficio de la duda. Por mucho tiempo. Hasta que hace poco vi a el hombre dedicarle una canción de San Valentín al mono, donde le pide que sea su Valentín y le dice que lo hace muy feliz, todo esto mientras le hacía panqueques con forma de corazón en una casa decorada completamente con corazones, y ya no sé qué pensar, o más bien, no quiero ser el tipo de persona que tiene estos pensamientos. Creo que lo mejor será que acordemos no hablar de esto nunca más. En fin.
El hombre tiene algún tipo de trabajo remunerado, lo cual deja a Jorge libre para tener aventuras con varios amigos humanos y animales. La serie tiene un fuerte sesgo cosmopolita, y Jorge suele conocer a gente de muchas culturas diferentes. Lo cual nos lleva a situaciones como oír a un niño lamentarse “sin tortillas el cumpleaños de la abuela será horrible!”. Yo no soy mexicana, pero nunca he pensando que un cumpleaños se va a arruinar sin sopaipllas. Esto se debe a que no soy adorablemente étnica como los amigos de Jorge, y quizás esté pelando por envidia.
A parte de ser cosmopolita el mundo de Jorge es notoriamente pro ciencia, y el mono suele involucrarse en cuanto experimento o expedición científica se lleve a cabo. Me resultaría preocupante ver cómo el mono es puesto al mando de submarinos, lanchas, globos aerostáticos e incluso cohetes espaciales, pero al menos en estas situaciones el mono solo puede perjudicarse a si mismo (lo cual nunca ocurre). Lo digo porque he visto al mono perderse en el metro y ser recogido por una conductora que inmediatamente lo pone a conducir el tren. Esta persona no había visto a Jorge en su vida, no tenía como saber que estaba ante un mono científico. Solo encontró a un primate vagando por la estación de metro y decidió que el curso lógico de acción sería ponerlo a conducir un tren lleno de gente. Ese es el mundo en el que Jorge habita. Muy amistoso, y muy pro arriesgar vidas y grandes sumas de dinero en pos de divertir a un mono.
A parte del hombre y el mono, otros personajes recurrentes son el portero del edificio donde viven, que viste con algún tipo de uniforme de portero, cosa que nunca he visto en la vida real y me reafirma que el hombre está forrado. El portero tiene un perro salchicha llamado Hundley que actúa como una suerte de Calamardo salchicha ante el Bob Esponja de Jorge. También está la profesora Wiseman, que es una bióloga (? Paleontóloga? Simiologa? Científica genérica?), un niño que vive en el campo y llama a todos “citadino”, lo cual yo totalmente haría si fuera de regiones, una familia de inmigrantes italianos de primera generación que tienen un restorán y un gato (lo cual debe haber sido más contingente en los años 40 cuando se escribieron los libros de Jorge, ya que seguramente son anarquistas escapando de Mussolini así que bien por ellos), y mucha gente en variados tonos de rosado y café. Toda esta gente acepta la presencia del mono con deleite y naturalidad. Jorge tiene libre acceso a hospitales, galas formales y guarderías. Siento que si el programa fuera un poco más realista pero mantuviera la misma premisa sería más del género “drama/terror” y menos “comedia infantil”.
***
Puntuación: 4 estrellas. Me gusta Jorge, me gusta que sea multicultural, me gusta que muestre varias profesiones científicas a los niños (aunque dándoles una expectativa poco realista acerca de cuantos monos hay involucrados en el trabajo), y me gusta el mundo de gente de buenos sentimientos que construye. La animación es tradicional y muy sencilla, y la canción inicial es, de nuevo, excelente (tengo un gusto musical muy sofisticado).
Puntuación otorgada por mis hijos: un millón infinito veneremos al gran mono: mis hijos viven, comen y respiran Jorge. Mi hija menor a veces habla como el mono. No es intencional, es que el mono se ha colado en su personalidad, en su psiquis, en su mismo subconsciente y ahora el mono y ella son uno. Alabado sea el gran mono.
Índice de equidad de género: 3. Le deduzco puntos porque ninguno de los personajes principales son mujeres, pero las mujeres quedamos muy bien representadas en este programa, somos científicas, bomberas, exploradoras y cualquier profesión respetable que uno se pueda imaginar. De hecho estoy agradecida de que no haya una mujer involucrada en la turbia díada hombre amarillo/mono, así que subámosle a 4.
Índice de fascismo: 0. Jorge es propaganda liberal. O al menos eso pensará Henry Boys cuando finalmente tenga hijos con alguna prima o se moje después de medianoche. Presenta un hermoso mundo de arcoíris donde todos están incluidos. Jorge se basa en una serie de libros infantiles escritos en los años 40 y 50 del siglo pasado. Sabiendo algo acerca de la época me imagino que la mayor parte de sus aventuras se trataban sobre exaltar los méritos de la raza blanca y la estupidez histérica de las mujeres, con una que otra caricatura de un japonés planificando destruir la civilización occidental, así que aprecio lo bien que se ha adaptado a los tiempos actuales. Dicho esto, desearía un poco más de propaganda marxista y un poco menos de liberalismo arcoíris en la serie. Pero eso me pasa con toda la programación infantil, con la excepción de Bichos. Bichos es el Das Kapital de los monos animados.
Índice de consumismo: No he visto mucha mercancía de Jorge. Lo único que tenemos es un gorro de goma Eva que no creo que cumpla con algún copyright. Lo compré para el primer cumpleaños de mi hijo, cuando era una idealista madre primeriza y juraba que mis hijos no verían televisión nunca. Cuando la vendedora me preguntó por el programa favorito de mi guagua reaccioné como si me hubiera preguntado por su posición sexual favorita. A veces escuchábamos música de tambores africanos por YouTube, pero yo ocultaba la pantalla. Ahora con otra guagua y cinco años después, he visto tanta televisión infantil que hasta hice un blog. El tiempo mata todos tus ideales y luego se corre una paja sobre sus mutilados cadáveres.
Jajajajajja maestra Alejandra!
ResponderEliminarMuero de risa con tus posts!!! Me encantan!! No tengo hijos pero conozco varias de esas series y de verdad morí xD. Me gustó mucho que hayas puesto el indicador de equidad de género, me encanta la animación en general y siempre me fijo en esos detalles, por suerte ahora hay buenos aportes a la balanza, como Star vs las Fuerzas del Mal y Steven Universe. (P.D: Lo admito, veo My Little Pony y ya quiero ver tu reseña sanguinaria sobre la serie xD jajajaj).
ResponderEliminarMe sentí demasiado incómoda con el comentario de San Valentín
ResponderEliminarLa relación de TED con Jorge es como la de un padre hacia su hijo. Trabaja en un museo y según la película, Jorge decidió seguirlo desde África...
Totalmente de acuerdo!! Yo tb amo Jorge y ame que mi hijo lo viera tantos tiempo!! Mucho más digerible que Paw patrol, al que le decía “auto guau guau” ! El único detalle es que no se si estaré equivocada pero siempre entendí que vivían en Canadá! No Nueva York! Y porque era Canadá nunca me pareció extraña esa diversidad y apertura que no imagino en gringolandia ! . Saludos
ResponderEliminar